El Día de Internet Segura se conmemora cada 11 de febrero por iniciativa de la Comisión Europea, a través de la Red INSAFE, para promover y afianzar una actitud individual responsable que haga de Internet una herramienta más segura.
Phishing, fraudes en compras online, robo de datos, tecnoadicciones o ciberbullyng son algunas de las numerosas amenazas que provienen de un uso excesivamente confiado y poco seguro de la red, especialmente preocupante en el caso de menores y adolescentes.
La conmemoración de esta fecha, este año bajo el lema ‘Una Internet mejor comienza contigo: juntos aprendemos ciberseguridad’, pretende ser una llamada de atención para reflexionar, tomar conciencia y generalizar un uso más seguro y responsable de Internet, visibilizando los riesgos y proporcionando las pautas para sacar partido a la potencialidad de la red con total garantía y sin comprometer algo tan valioso como la seguridad y la privacidad.
Los servicios más usados en la red se ofrecen, en buena medida, gracias a la cantidad de información y datos personales facilitados por los usuarios, tanto a las empresas que prestan los servicios como a otros usuarios, siendo preciso tomar conciencia de los peligros y amenazas que conlleva para la privacidad y la seguridad individual.
El Día de Internet Segura trata de favorecer la incorporación a la rutina diaria de algunas estrategias para navegar con plenas garantías. Entre otras recomendaciones, usar contraseñas robustas, hacer copias de seguridad, seguir los consejos para compras online, evitar los programas maliciosos, preservar aspectos de privacidad en redes sociales evitando el contacto con personas desconocidas o que no formen parte del círculo familiar o social, utilizar una conexión segura o eliminar vínculos o correos sospechosos.
Especialmente sensible es la exposición que afecta a menores, en ámbitos como la utilización responsable de los videojuegos o el sharenting, como uso habitual de las redes sociales para mostrar y compartir noticias o imágenes de menores, con el peligro aparejado de ciberbullyng, grooming u otros comportamientos intimidantes.
Teniendo en cuenta que los menores y adolescentes son los más expuestos a los riesgos digitales, es recomendable que las personas adultas de su entorno tomen medidas como la activación de configuraciones familiares que ayudan a administrar el tiempo ante la pantalla o establecer permiso de acceso a juegos o aplicaciones.